Somos polvo de estrella.



Nosotros; qué nos abrumamos por cualquier tontería. Nosotros; qué nos enfadamos por causas tan insignificantes a las que damos mucha importancia. Nos cuesta mantener la calma a lo largo de nuestra vida, ya que somos tan egoístas y creemos que lo nuestro es lo primordial. Tan solo hay que mirar a nuestro alrededor, para darse cuenta de que los demás, también tienen problemas; ya que si que alzamos la mirada al cielo, no hay tan solo una estrella, si no muchísimas; que se ven diminutas comparadas. Realmente hay millones de personas en el mundo, hay más que billones de problemas, hay más de cincuenta mil discusiones, hay más de ochenta mil enfermedades, hay tantas personas que luchan por ser alguien en la vida, o simplemente por salir a flote.. Qué a veces decidimos elegir el camino fácil y no luchamos por lo que de verdad merece la pena: Encontrar la felicidad. Es cierto que puede parecer difícil; pero la felicidad está en cualquier pequeño detalle que nos haga sonreír.. Y es que solo somos millones de estrellas esparcidas por la tierra, buscando su polvo de estrella llamada su propia felicidad.

I'm trying.

Hay veces en que todo, absolutamente todo te parece de un gris intenso; llegando al negro. Es cierto que una persona no puede estar mal siempre; y verlo todo negativo tampoco, porque acabaría muriendo... Pero esos pequeños o grandes instantes de decepción, dolor y tristeza; son muy intensos.


Yo, personalmente, no me considero una chica floja, o muy sensible. Casi podría decir que soy una persona muy fuerte, y dura en estos aspectos. Pero también puedo decir que lo paso tan mal, o peor, como las personas más blandas y sensibles del mundo.
En estos momentos, no sé que es lo que debo hacer; pero tampoco encuentro aquello que quiero. Mi mundo se viene abajo. En esta edad, imagino que todos me entenderéis. Y más si os digo, que es por culpa del amor

Le echo de menos. Es cierto. Pero no sé si debería hacerlo, porque a él parece darle todo igual, y no es justo. Odio ser yo quien lo pasa mal. Odio ser yo quien se coma la cabeza. Odio ser yo la que está pendiente de él, y luchando por lo nuestro. Pero sin duda, lo peor es que odio ser yo quien más quiere al otro. Ahora, voy a citar una frase de una canción de Melendi, que podría describir eso: ''En la guerra, como en el amor, todo vale y siempre queda un perdedor. Normalmente, pierde el que quiere más.'' Y leer eso, es algo que me anima, que me hace mirar al frente, porque sé que no soy la única persona de este puto mundo, que lo está pasando mal, y tampoco por eso. Y aunque crea que todo va a seguir así mucho tiempo, incluso aunque esté segura de ello... Ahora lo único que intento es ser positiva, porque en los momentos de caídas.. No puedes ver el sol si no dejas de llorar; porque las lagrimas lo taparían. Y eso, es mi ley de vida.

Decisiones.

Hay veces en las que tomar decisiones es totalmente imprescindible e increíblemente difícil. Son esas decisiones que marcan diferencias entre unas vidas y otras, entre un y un yo
Esas decisiones aparecen siempre en momentos importantes. Y en esos momentos importantes, sientes que te desbordas; como yo me siento ahora mismo.
Realmente, intento imaginar y convencerme a mi misma, que no he hecho nada mal. Pero una parte de mi, el sentimiento de culpa, me invade y me pregunto en cada momento si lo estoy haciendo bien, si debería tragarme el orgullo otra vez; aunque vuelvo a pensar, y me intento convencer de que no soy yo la que tiene que dar ese paso.


Lo más importante es recordar una frase; esa misma frase que me hace convencer de que nada es lo suficientemente importante como para hundirme: Para atrás, ni para coger impulso. Aunque esté deseando hacerlo; aunque esté deseando correr a sus brazos, abrazarle... Y amarle como nunca.


(El mayor problema, es que esos deseos no pueden calmarse ni ignorarse. No pueden transformarse. Y duelen mucho. Supongo que pasarán, tarde o temprano el dolor se calmará. Y eso es lo que me hace mantener la calma. Lo que me hace tranquilizar.)